La Huella de Tú Por Qué
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Por: Erika Denis
Te has preguntado ¿de dónde vienen nuestras fuerzas o nuestra energía para hacer las cosas que nos gustan y también las que no?. Ese es tu POR QUÉ y cuando alguien te pregunta ¿por qué lo haces? quizá muchos no lo entiendan, otros simplemente escuchan y algunos otros apoyan. Cuando respondas cuál es tu por qué, cómo hacer una actividad, elegir usar cierto estilo, comer de cierta manera, tener una disciplina, tu trabajo, un pasatiempo, estudiar un tema y muchas más, estarás satisfecho cuando al dar explicaciones no lo haces para que lo aprueben o para convencerlos de que lo intenten, sino simplemente lo compartes y transmites una confianza, se nota una pasión y un propósito, yo lo he visto en personas que logran responder esta incógnita. Esto no es excusa para decirte “primero tengo que tener mi por qué y después comienzo”, es más bien una inspiración para tenerlo incluso cuando ya lo haces, pues puede surgir en el camino. Cuando comencé a escribir, mi POR QUÉ se volvió más intenso, cada día se afirma la razón para seguir haciéndolo.
Una de las cosas que he aprendido cuando estás iniciando una nueva disciplina, es que no es la motivación la que te hace permanecer, sino la constancia, hay una imagen que tengo muy presente que explica este concepto, y es, una llama muy intensa de fuego que se pone como motivación, esa misma llama no es igual todos los días sino al contrario, va bajando hasta que se consume, pero la constancia es una pequeña llama todos los días y no se apaga fácilmente como la intensa llama de la motivación. La disciplina no es obsesiva, permíteme lo explico. Esto dice que, la obsesión es tan desgastante porque no te deja descansar, como ejemplo un día no haces ejercicio, tu mente ya está bombardeando con pensamientos de que has fallado un día y como manera de castigo al siguiente día es quedarte más horas haciendo ejercicio por lo que el día anterior no hiciste. En cambio, la disciplina te permite descansar, si es algo que haces constantemente, más si por alguna razón no lograste hacer ejercicio como el ejemplo anterior, no te drena tu mente con pensamientos frustrados, sino permite que el descanso suceda para continuar con la misma constancia que tienes.
La razón por la que haces las cosas, quizá pueda cambiar, quizá no, eso es lo increible de crecer, que se van añadiendo cada vez más pensamientos o experiencias que hacen distinta cada etapa, siendo fiel a tus valores y creencias.
Cristo cuando vino a esta tierra, tuvo un gran POR QUÉ y nada de lo que las personas le hicieron o le decían movió su propósito, él desde el inicio sabía POR QUÉ debía morir por nosotros.
Deseo que logres encontrar tu POR QUÉ. Sentarse a buscarlo no es nada fácil, pero cuando lo tienes, logras seguir creciendo, como un motor de vida, conoces y entiendes mucho más de ti.
Si quieres compartir conmigo, escríbeme a mi correo: contactoerikadenis@gmail.com
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